domingo, 20 de febrero de 2011

KANAZAWA


En 1957 obtuvo el que tal vez había sido el título más codiciado del momento en karate, el All Japan Karate, y lo hizo, además, con una muñeca rota.

- "Unos días antes del campeonato me rompí la muñeca entrenando. Sabía que, lesionado, me impedirían competir, y ya lo tenía asumido. Pero dos días antes del torneo mi madre vino a Tokyo a verme. Hizo un largo viaje desde el norte de Japón, que es donde yo nací, y al verle le pregunté a qué venía. Respondió que a verme pelear y, cuando le dije que tenía un brazo roto, replicó que aún me quedaba el otro y las dos piernas, y que en Karate esas partes del cuerpo también son armas. Tuve que darle la razón y conseguí que un amigo mío que era doctor me vendase y me diese el visto bueno, habilitándome para competir bajo mi responsabilidad. LLegué al combate, con mi madre en las gradas, y fui a rezar esperando lograr la victoria en una ronda. Una sola sería suficiente. Vencí ese primer asalto y me retiré a rezar de nuevo, dando gracias y pidiendo que ya no más, ya que ganar implicaría seguir luchando y, con un brazo roto y vendado, no era buena idea.
Salí a pelear y gané; fue extraño porque tenía la sensación de que todo el mundo se movía muy lentamente. Finalmente fui el ganador del torneo. En la final recuerdo que varias buenas combinaciones al principio del combate hicieron que mi oponenente perdiese confianza en sí mismo. Lo noté y a base de técnicas jodan y chudan de pierna me llevé el torneo".

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